¡SIEMPRE EN FORMA!Elisabet

Dormir, comer, practicar deporte son algunas de las actividades mediante las cuales garantizamos nuestro bienestar físico a lo largo del día. Ahora bien, ¿qué hacemos por nuestra voz?

A pesar de los avances tecnológicos que facilitan la comunicación, la voz sigue siendo el vehículo más inmediato para relacionarnos con los demás. Independientemente de lo que nos depare la jornada, tarde o temprano tendremos que hablar. Emociones que se sirven de palabras para salir a la luz, duras negociaciones a cualquier nivel o un horario prolongado de clases son algunas de las muchas situaciones en las que la voz estará involucrada. En ocasiones, habrá circunstancias difíciles de sobrellevar que pueden llegar a afectar el aparato vocal. Por eso mismo, debemos mantener en forma la musculatura implicada en el juego anatómico que produce el sonido.

Tendremos dos objetivos:

  • fortalecer nuestra voz y
  • corregir posibles malos hábitos.

Evidentemente, recurriremos a la ayuda de un experto si no sabemos por dónde empezar. Además, los ejercicios elegidos seguirán determinados criterios.

En primer lugar, se adaptarán a nuestra realidad (edad, trabajo, horario,…)

En segundo lugar, nunca hay que extenuarse. Mejor una disciplina corta que practiquemos sin pereza cada día a una larga que abandonemos a la semana.

Finalmente, ¿cómo sabremos que vamos por el buen camino? Cuando, tras un tiempo prudencial de trabajo continuado y esmerado, comprobemos que nuestra voz resiste fácilmente lo que le depara cada nuevo día.

Elisabet Gimeno