No recuerdo cuando nací, creo que hace poco tiempo, o tal vez mucho, no sé. Pero creo que tengo conciencia de lo que hago desde hace poco. Sé que sé algunas cosas, de algunas no me acuerdo… Lo que sí sé es que yo siento muchas emociones diferentes.

Cuando nací no debía tener conciencia de lo que me rodeaba, sentía cosas agradables y desagradables, frío, calor, confort, ganas de llorar y de reír. Me acuerdo de mis amigos, de una casa inmensa en la montaña, con muchos animales y con unos señores que nos recibían. Me llevan a la casa de esos señores mis padres, son altos y guapos. Nos lo pasamos bien. Intento recordar las caras de mis padres y no puedo, a veces sí que creo que los veo pero desaparecen pronto. De lo que sí siento una sensación agradable es de una melodía que alguien me cantaba, o me cantan, no lo sé, y pienso en mis hermanos… Por cierto, no recuerdo sus caras, si su olor… ¿Y dónde están?

A veces estoy pensando en los juguetes y de repente desaparece de mi mente ese pensamiento, quiero volver a pensar y no recuerdo que quiero pensar. Entonces me pongo nervioso, me siento solo y tengo pánico. No me encontrará nadie, todo está vacío y se me nubla la vista. Casi desaparece la luz y solo tengo ganas de salir a caminar, probar de abrir las puertas y buscar a los niños con los que juego siempre.

Ahora estoy seguro de que he estado en el mar, en la playa y estirado al sol mientras que una niña… que se llama… Maribel me dice al oído que le coja la toalla a mi hermano para tirarla al agua. Maribel dice que mi hermano es feo… Yo creo que a ella le gusta él.

Tengo la idea de que esta señora que me coge de la mano y me lleva detrás de ella es o mi madre o mi novia. Intento recordar su nombre y no puedo. Yo quiero guardar mis manos en los bolsillos de mi chaqueta. Me da vergüenza ver tantas personas alrededor mío. Es como una fiesta, todo el mundo me mira y aplauden… ¿Por qué lo harán?. Una chica me acaba de abrazar y dar un beso. Huele muy bien. Me ha llamado: Papa, no lo entiendo. Yo creo que ella es mi hermana y que a veces se chiva de cosas mías a mi madre. Bueno, lástima, no es nadie que sea de mi familia. Espera, espera, creo que sé quien es, es alguien muy cercano a mí, su olor, sus palabras, el beso y el abrazo me produce un estado de ánimo agradable, no sé como se llama pero creo que es mi… hija… o mi hermana. Es igual, he visto una cara que me ha sobresaltado, la reconozco, sí, estoy seguro de que siempre ha sido mi amigo, sé que lo aprecio, creo que hemos estudiado juntos, pero ¿qué hemos estudiado? ¿Soy tan mayor como para haber estudiado?

Y ¿por qué aplauden tanto? Los miro e intento saber qué hago aquí. Bueno, no me importa pues me siento bien…

¡Vaya!, esa señora que o es mi hermana o mi novia me dice que me quiere. Ahora se dirige y habla a todos los que han venido a la fiesta. Habla del Alzheimer, se ve que es una enfermedad que tengo y de la que siempre oigo hablar. Y dice algo como que estas personas están aquí por mi, por Pasqual Maragall.

En homenaje a mi padre que me ha servido de modelo para describir cómo se podía sentir Pasqual Maragall el día 22 de septiembre de 2014 en el encuentro de voluntarios del estudio alfa para la detección precoz y la prevención del Alzheimer de la Fundación Pasqual Maragall contra el Alzheimer.

Pasqual Maragall

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